
De niña fui muy desobediente, las reglas no se aplicaban a mí. Cuando escuché por primera vez el punk me dio un giro la cabeza; las letras me hablaban de inconformismo, distinto a la música que se escuchaba diariamente en la radio de Colombia.
En Bogotá se escucha vallenato, salsa, merengue, que hablan de amor y desamor. Acá escuchaba letras de lucha, de rebeldía, de pelear contra el estado…

Recuerdo uno de mis primeros conciertos, el 1 de mayo del 2003, después de la marcha en conmemoración del Día del Trabajo.

Hablaron de la movimiento obrero, sindicatos, cómo se ha gestado la clase trabajadora. Me dieron un panfleto que decía qué pasaría si EE.UU. y Colombia firmaban un tratado de libre comercio. Hice un ensayo en el colegio sobre esto y siento que ahí el punk me empezó a dar herramientas para pensar por mí misma, estaba analizando asuntos políticos mientras a mis compañeras les interesaban otras cosas.
Comencé a cuestionar lo que estaba pasando alrededor en una sociedad que lo esconde todo.

Llevaba en el punk algo más de 10 años, yendo a conciertos y todo eso. Cuando encontré la serigrafía y me enamoré de ella <3; conocí a un chico llamado Carlos Velázquez, el corazón de un colectivo llamado Rat Trap.


Carlos tenía una idea en la cabeza: Montar un lugar donde pudiéramos hacer música, grabar bandas, hacer serigrafía y tener una mini rampa de skate ( ๑‾̀◡‾́)✴. Lo hicimos en una casa grande en Teusaquillo con todos nuestros amigos; mudé mi taller allí y empezamos a crecer de la mano con personas que querían hacer lo mismo que nosotros. Fue muy lindo porque me motivé y empecé a tocar instrumentos. Ahí a mis 25 años, por primera vez comencé e a tocar batería.

Aprender a tocar un instrumento para mí no fue fácil, estaba grande y mi motricidad/coordinación al principio no eran muy finas que digamos <jajaja>. Pero la batería me dio paciencia, me enseñó a amar algo que quería lograr. Me mostró cómo ser constante.


Había atravesado pérdidas importantes en mi vida hasta ese punto; más que nada, mi Mamá murió, y encontré la batería poco después. Entonces como enfrentarme a otra realidad desde mi corazón, mi voluntad, sobre lo que quiero hacer y la decisión de hacerlo, sabes? No quería trabajar en una empresa, no quería seguir el rebaño, ni ser igual a todo el mundo, quería hacer lo mío. Y la batería y la serigrafía me ayudaron a construir ese camino.
Hasta ahora he tocado batería en Isla Tortuga, FINAL, TUMBAS y CAVERNA , bajo en Flores del Mal (Proyecto inédito) y voz en UZI.

Desde que empecé a hacer serigrafía he hecho merch para bandas y marcas, portadas de discos, banderas y hasta muebles…


Creé DIME PAJARITO, una marca inspirada en la riqueza musical latino americana. Los diseños son frases de canciones ilustradas.


También dicté muchos cursos enseñando a la gente a hacer serigrafía y de ellos salieron proyectos y artistas independientes que aún se mantienen.


Punk Posters nació hablando con un amigo… Se llama Said Arias, y me dijo que quería hacer unos parches con unas frases relacionadas con el punk. Nos sentamos a hablar al respecto y le dije: por qué no invitamos a amigos a que ilustraren esas frases? Hasta ese momento yo no tenía mucha experiencia imprimiendo papel y quería hacerlo, así que sonó como una buena idea empezar a partir de ello.


De la primera edición de Punk Posters sale el diseño de: “Punk is support, not competition.” El cual se volvió viral, fue Hecho por Sebas Vinasco, bajista de Lupus… (Paradójicamente, esté diseño ya no hace parte de la colección)


Del volumen 1 fueron 13 diseños en total, ilustrados por nuestros talentosos amigxs….. Luego solo surgió una comunidad mundial.
Luego, la gente nos escribía, “Yo quiero colaborar, ¡yo quiero enviar!” Los lanzamientos posteriores fueron más grandes cada vez y contaban artistas más diversos e internacionales. Said se fue a vivir a Berlín en pandemia. Hablé con él y bueno, continué yo haciéndolo sola. Así que anualmente invito entre 12 y 15 artistas, depende. Este año será la octava edición; yo siento que Punk Posters es la voz y el latir de muchas personas alrededor del mundo que están en el punk. Cada gráfica expresa su sentir respecto a su contexto y a sus vivencias.


Personalmente creo que el mundo está jodido, está dañado y podrido. Por eso creo que expresar las cosas honestamente desde el corazón es importante. Incluso, estando en la escena punk, ¿hay muchas cosas que pueden estar distorsionadas, sabes? O al menos lo digo desde mi contexto; en Colombia y Latinoamérica muchas veces los punks son violentos o machistas, experimenté cosas siendo mujer, estando dentro de la escena, que no me gustan.

Desde que empecé a tocar batería, se abrieron muchas puertas para tocar a otros países, y pude conocer escenas de otros lugares, y cómo funcionaban; ver a mujeres fuertes, lideres, me llenó de inspiración, cómo actúan, cómo accionan… Fue una fuente de esperanza en medio de lo que me gusta, quiero ser y hacer.

Considero que el punk es mi comunidad. Siendo de Colombia, de niña me sentí limitada respecto a las posibilidades de viajar, crear y crecer porque no nací en una familia rica. Solo por el punk, la música y tocar batería, empecé a viajar a otros lugares. Entonces me di cuenta que el punk es una red de apoyo mundial que solamente nosotros lo entendemos. No importa quién eres tú, pero si alguien que yo conozco y confío en esa persona me dice que vas a ir y necesitas una casa o algo, te voy a ayudar, sabes?













Mala Influencia es una invitación a que cada unx haga lo que quiera, lo que pueda imaginar. En realidad, no hay buenas ni malas influencias; la vida te pone las cartas sobre la mesa y solamente tú decides qué quieres hacer y qué camino tomar.
Creo en construir desde los sueños, desde el deseo de consentir, cuidar y sanar a tu niñx interior; desde ahí siento que cada quien tiene la posibilidad de decidir hasta dónde quiere llegar.

-Ximena Ortiz.